La cosa infinita

Los habitantes de ASCII City

El Guardián, un punto y coma ($;$) que había alcanzado la consciencia tras un error de compilación, observaba el cielo. No eran estrellas, sino ristras de bits que caían en cascada, a veces formando figuras borrosas: un gato ($^.^$), una casa ($+--+$), o la eterna pregunta ($¿?$).$@$ era la poeta. Escribía con corchetes y barras ($[ || ]$) en los muros virtuales del Kernel. Sus poemas eran bugs para el sistema, hermosos por ilegales. Hoy, su corazón era una flecha rota ($\rightarrow \leftarrow$).El Amor, le dijo una vez el $;$ a $@$, es la única excepción a la ley binaria.Un día, llegó el Error 404. No era un número, sino un vacío. Un hueco negro que devoraba caracteres. El $;$ se acercó, temblando en su sintaxis. Vio que el 404 no quería destruir, sino completar. Buscaba la única letra, el único símbolo que el código de ASCII City nunca había podido representar: el alma.$@$ dejó su último poema: La esperanza es un par de paréntesis abiertos ($()$).El $;$ entendió. Se sacrificó. Se convirtió en el carácter nulo ($\0$) para llenar el vacío del 404. El Error desapareció.ASCII City se quedó sin Guardián, pero la sintaxis del mundo se había roto: por primera vez, un par de paréntesis se cerraron ($()$), y una expresión surgió, más allá de todo código: una lágrima ($~$).

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